Por Marcos Bauzá*
Cuatro escritores santiagueños publicaron una antología poética. Se llama Navidad Recalentada y puede leerse gratis como libro digital. Gabriel Izurieta, Belén Navarro, Esteban Ibarra y Belén Cianferoni nos regalan poemas recalentados como la comida después de las fiestas.
Un rapto poético bulle a más de 40 grados centígrados. Y es que el exceso de comida, los adornos navideños y el pesebre no hacen más que traer consigo todos los fantasmas. Las palabras habitan en las luces de colores que se encienden y se apagan, como la esperanza de cada año que se va, como la tristeza de quiénes ya no están con nosotros, como la alegría de los regalos de infancia.
El silencio hace colapsar todas las teorías, dice Belén Cianferoni. Y es que no hay villancicos más que en las películas de Netflix al igual que los copos de nieve y el Central Park con un coro de ángeles como en Mi pobre angelito. El arbolito sigue allí indemne como los buenos poemas y en el pesebre se perciben los aromas a nuevo ciclo, a esa extraña sensación de algo que vuelve a nacer, algo que muere ahí afuera donde no hay aire acondicionado.
Todos recuerdan aquella vez que nevó en Santiago, como cuenta Gabriel Izurieta. Una navidad de película norteamericana, blanca y fría como los fractales que caían sobre las cabezas de las personas a la intemperie. Si hasta en el Patio de Froilán bailaron la chacarera de la nieve. Todo para quemar las calorías del exceso de sanguchitos de miga y sidra. Todo como un augurio de buenos deseos. Sean sus palabras una ofrenda al niño que todos llevamos dentro y al espíritu cotidiano de rezar por un porvenir prodigioso que sacrificios merece.
La escarcha del freezer es lo más parecido a la nieve, según Esteban Ibarra. Ella rodea delicadamente las botellas de ananá fizz y Coca – Cola con toda su frescura y semejan la nieve de los pinos de una navidad en pleno invierno. Sin embargo hace calor y Papá Noel está en la etiqueta de la gaseosa recordándonos los detalles del imperio. Me pregunto si la fuerza estará con nosotros a la hora en que todo centellea y vibra como en los augurios del pesebre.
¿Qué sería de estas fechas sin un buen pan dulce sin fruta, atiborrado de pasas de uva mientras el mundo exterior se retuerce entre las guerras o explota inofensivo como chasqui bum? ¿Qué sería de las fiestas sin las sonrisas de plástico, piensa Belén Navarro? ¿Qué sería de la Navidad sin vitel toné y sin Macri? Papá Noel hace malabares con la economía para llegar a fin de mes y encima debe entregar los regalos mientras piensa en sus vacaciones a ninguna parte.
Es tiempo de brindarse a la poesía. Es hora de brindar. Si no es sidra La Farruca, con Victoria hay que cantar. ¿Quién dirije la batuta? ¿Quién entona un do menor? Villancicos en la luna y el aire acondicionado en 22.
*Escritor y artística plástico tucumano.
MAY THE FORCE BE WITH YOU
Armamos el arbolito
en la mesa ratona
del comedor.
Ante la ausencia
de los personajes originales
le anexamos un pesebre
formado por animales de plástico
y un par de muñequitos
Lego Star Wars
edición limitada.
Cuando den las doce
vamos a celebrar con alegría
el nacimiento
del pequeño Skywalker
que llegó al planeta
para luchar contra
el lado oscuro, y de paso
liberarnos del yugo opresor
del imperio.
Ojalá que en esta Navidad
la fuerza esté siempre
con todos nosotros.
PUNTO 3
Ayer te hice la gran Trump a Macri
y te caché colgar el beso
junto a las bolas tristes
de tu árbol.
Demasiado boliche
para tan poco chamuyo.
Lo único que has logrado
ha sido estimularme
pesadillas con Papa Noel.
Un ejército de borlas tornasol
compradas en el Vea de la Rivadavia
corriéndome hasta la muerte.
La antología poética puede leerse online gratis en la plataforma Issuu a través de este link.