Por Belén D´alvia.
Llorar
Llora el padre
llora al hijo
como era en un principio y siempre será.
Lloro yo y lloras vos a mi lado
sobre la tumba del muerto
que por muerte, es siempre temprana.
Lloro y me come el alivio
la culpa
el mandato de la misión sin acabar.
Te miro y lloro tu abandono
aunque no te hayas ido, te he llorado ya.
Lloro en tu mano que me seca la cara
le lloro a la incertidumbre que con ella me das.
Lloro y escupo mis lágrimas en tu consuelo
de que todo irá bien
de que todo, eventualmente, irá.
Lloramos los tres en conjunto
compitiendo los unos con los otros
por ver a quién la tristeza elige arropar
como a un sapito arrugado
como animales calientes, lloramos hasta el hastío
hasta que nadie pueda más.
Yo lloro a mi hermano y espero
que cuando también te vayas
me dejes un par de lágrimas con que alimentar
tu recuerdo en mi pecho a martillazos
para disolverme con ellas
en un estertor final.

«El humo» (2015). Por Iñaqui Ortega.