Por Nicolás Lescano.
Por portación de rostro cantaba la Mona Jiménez al ritmo del cuarteto a partir del año 2006, cuando presentaba su trabajo Trilogía 2do acto. Uno de los temas más consagrados de su carrera, a partir del cual pudo expresar el abuso de poder que sufren aquellos que, para poder comer, deben renunciar a una vida con proyectos y certezas, en donde el sometimiento y los prejuicios son moneda corriente.
Podemos enumerar muchos casos puntuales, y hasta de varios tipos de portaciones que funcionan como marcas de descalificación social. Pero hay una en particular sobre la que quiero comentarles: la portación por domicilio. Estoy hablando de ser sometido, juzgado, negado y más, por el simple hecho de ocupar un espacio geográfico en la ciudad, considerado como malo y peligroso. Espacio en el que viven esos «otros».
En la ciudad de Santiago del Estero, uno de sus barrios, el Don Bosco, ubicado al lado del cementerio La piedad, es un claro ejemplo de esa portación de domicilio que lleva a los vecinos a arrastrar todo ese valor social otorgado por los demás. Valor social alimentado por los medios masivos de comunicación que se encargan de construir una realidad poco feliz acerca de este barrio, resaltando constantemente aspectos negativos e invisibilizando las problemáticas más comunes como la falta de acceso a la educación, salud, vivienda y, peor aún, la violencia institucional que padecen, en muchos casos con víctimas fatales.
Con esos conflictos y estigmatizaciones construidos en el tiempo, este barrio ha sabido ponerse al hombro las problemáticas que los sacude. Para ello, los vecinos se organizaron para enfrentarlas, dando alivio a las problemáticas que se han ido planteando. La creación de merenderos, emprendimiento de madres y jóvenes que reunió lo que tenían para compartirlo con los que más hacía falta. Los campeonatos de fútbol con equipos del barrio. Los concursos de bailes. El centro comunitario en el que se brindan clases de apoyo para estudiantes y jóvenes que buscan superar el analfabetismo. Proyecciones de películas. Ollas populares. Actividades que generaron espacios de contención, reflexión y solidaridad.
Lectores de medios masivos de comunicación de Santiago del Estero estamos habituados a encontrar noticias del barrio Don Bosco sólo en la sección de policiales. Sin embargo en las villas y en los barrios, donde los recursos materiales son escasos, las personas que allí viven hacen que sucedan otras historias diferentes a la historia que siempre se reproduce.
También suceden historias de chicos que tienen la ilusión de ser los primeros en sus familias en poder ingresar a una carrera universitaria o terciaria. Y lo hacen. Suceden casos de jóvenes que murieron víctimas de la represión institucional, casos de personas que ayudan a otras por algún motivo, pero sin esperar nada a cambio. Suceden muchas cosas y probablemente no lo sepas. Porque no te lo cuentan. Pero este trabajo es el comienzo de muchas historias que vamos a empezar a conocer. De voces que quieren hablar. Porque en estos barrios hay muchos delincuentes, a mi particularmente me robaron el silencio.